Dicho queda que vamos a montarla gorda, gordísima. Vamos a agrietar las paredes con el volumen de la música y a ahogar el parquét abriendo botellas y botellas de sidra con una mano mientras saltamos, sujetando una jarra cerveza en la otra. Y vamos a romper los cristales de las ventanas arrojando relojes despertador de todo tipo, para cambiar el tic-tac por el rumor de los grillos.
Llenaremos de arena el baño de la habitación de invitados, desbordaremos la bañera de agua salada y abriremos un boquete enorme en el techo para broncearnos mientras jugamos al voley-playa entre el lavabo y el retrete.
Le echaremos un ojo al pozo de vez en cuando para ver si todo sigue en orden, pero vamos a okupar este Verano Piloto, señores de Bolonia, y nadie podrá impedírnoslo. Ya limpiaremos todo cuando vengan ustedes a darnos las llaves del de verdad.
Disfrutaremos de lo poco que nos brindan. Cada cual tiene que trabajar con lo que tiene.... Pero a mí con esto me llega, de momento.
Dicho queda.
Va por vosotros.
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